Joaquina Martínez Teillet
[1908-1995]
Educadora de Párvulos desde 1920 hasta 1983
Nació en el año 1908. Era la pequeña de una familia de 8 hermanos, algunos de los cuales emigraron a Argentina. Su infancia estuvo marcada por un accidente que le produjo una cojera de por vida, pero que no minó su ánimo para dedicarse en cuerpo y alma a la enseñanza y el cuidado de los niños en edad preescolar.
En 1920 comenzó su labor con la entonces maestra doña Clementina Naju-rrieta, de la que fue auxiliar hasta su jubilación en 1936. Posteriormente, y por un intervalo de tres años, pasó a hacerse cargo de la clase"parvulista", en las renovadas escuelas situadas entre los números 31 y 35 de la actual calleJulián Gayarre. La incorporación de la profesora titular hizo queJoaquina tuviera que buscar otras alternativas para seguir dedicándose a su pasión por el cuidado de los más pequeños.
A petición de la propia Joaquina, el Ayuntamiento de la época arregló la clase de los niños en las antiguas escuelas de la plaza. Allí fue donde volvió a asumir la tutela de los párvulos, es decir, los niños menores de 6 años que todavía no estaban en la obligación de ser escolarizados en la época. Durante los años que ejerció su labor, Joaquina, junto con familiares y vecinas que puntualmente le prestaban ayuda, atendía tanto a chicos como a chicas.
A CARGO DE NIÑOS Y NIÑAS EN EDAD PREESCOLAR
Los niños y niñas estaban bajo la tutela de doña Joaquina desde que comenzaban a andar (1-2 años) hasta que terminaban la primera cartilla (6 años de edad). En ese periodo la "señorita", como la llamaban todos, les enseñaba el catecismo, las letras (incluso a leer y escribir en algunas ocasiones), canciones y, en el caso de las niñas, a bordar y coser. Aunque su actividad no estaba reglada, los inspectores de Educación que visitaban las escuelas públicas también pasaban por su aula.
En 1950, Joaquina dejó la escuela a cargo de algunas familiares, como su sobrina Carmen Martínez Ildarraz para viajar a Argentina, con el fin de visitar a dos de sus hermanos. Dos años permaneció en América, ya su vuelta trajo hasta el pueblo numerosas vivencias y hasta algún que otro objeto para la escuela. También "importó" nombres típicos argentinos, que se pusieron a algunas niñas de la época como Nely o Nilda.
EN ACTIVO HASTA PRINCIPIOS DE LOS 80
Durante su vida profesional, Joaquina no contaba con un sueldo oficial sino que vivía de las cuotas a los asistentes. En los años 50, cobraba 1,50 pesetas por alumno y mes, y en los años 80,500 pesetas mensuales por el mismo concepto. Su vida profesional se prolongó hasta el 28 de junio de 1983, cuando se retiró tras 60 años de actividad para establecerse en la Residencia de Ancianos San Miguel, de la que fue una de sus primeras residentes. Varias generaciones de funesinos y funesinas pasaron por la clase de la señorita Joaquina. Recuerdos de una educación muy diferente a la actual, pero que sin duda marcó a todas ellas.